sábado, 25 de febrero de 2012

Uso del castigo en la educación

Uso del castigo en la educación


Un reforzante es algo que incentiva una acción. El premio es un reforzante positivo. Existe el reforzante negativo que en vez de reforzar disminuye la fuerza de una acción, le quita vigor, en este caso reforzaría la conducta contraria a la no deseada.

Si bien el castigo ha sido criticado y sancionado, sobre todo cuando se trataban de castigos físicos o psicológicos, el docente o mejor dicho la docencia en general, no ha podido prescindir de ellos.
Ahora bien, el castigo debe ser usado como un medio para disminuir conductas inapropiadas, por ello ha de seguir las siguiente pautas

  • Debe ser aceptado por los dos -alumno y docente- como un modo de restablecer el orden quebrantado, es decir debe precederle un diálogo amical.
  • Debe haber un reconocimiento de ambas partes de ha habido una orden quebrantado.
En la aplicación del castigo, en ambas partes debe haber el amargor pero a la vez la necesidad de aplicarlo, de este modo profesor y alumno seguirán siendo amigos y el alumno no quedará con la sensación de que el profesor ha ejercido despóticamente sobre él del poder que goza.
En suma: el castigo ha de ser aplicado en un ambiente positivo en el que el alumno reconoce la necesidad de la sanción, por ello el castigo ha de ser:
  • Adecuado a la falta y a la persona.
  • Breve pero eficaz.
  • Que se sepa de antemano los parámetros de conducta dentro de los cuales el colegio actúa  y que  son aprobados por padres y alumnos al momento de la matrícula.
Se ha de procurar evitar:
  • Que el alumno sea apartado de la actividad escolar.
  • Que se le encomienden tareas totalmente inútiles.
  • Que sean desproporcionadas a la falta.
  • Que duren mucho tiempo.
Y como añadidura valgan las palabras de Gabriela Mistral:
Que corrija con dolor, para saber que he corregido amando.




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